El homenaje a la fotografía de Emilio Lecuona

Cuando empezó a alejarse de la pintura y la escultura para caer en manos de la fotografía y el vídeo, el artista Emilo Lecuona no tenía una cámara con cara y ojos, y componía fotograma a fotograma. A esta cadena de imágenes le daba velocidad para obtener una composición animada. Ahora ha recuperado esta técnica para crear el vídeo de los 50 años del Flash Flash y el resultado es la sintetización de todo lo que el restaurante ha representado durante este tiempo. “Quería hacer un homenaje a la fotografía, que yo creo que es una de las esencias del Flash”, explica. “Las imágenes de mi composición pueden entenderse como los sustratos que explican la gran idea que es el Flash”. 

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Flash Flash 50 Aniversario por Lucas Milá

Lucas Milá es un buen dibujante y un buen retratista de la gente común. Le gustan los muros urbanos, lienzos sobre los que plasmar homenajes a héroes cotidianos capaces de cambiar el mundo. 

“Empecé a dibujar desde muy pequeño -explica-. En casa tenía un ambiente creativo maravilloso, todos dibujan y/o diseñan. Mi madre es grafóloga y sabe analizar cómo cada persona construye su propia caligrafía, cosa que me parece fascinante, pues los únicos dibujos que la gran mayoría continúan haciendo durante toda su vida son al escribir a mano. 

Milá se formó primero en Eïna, lueg en el Camberwell College of Art y, por último, en la facultad de Bellas Artes de la Unversidad de Barcelona. Sin embargo, no terminó ninguna de estas carreras. “No acababa de sentirme cómodo en ningún sitio -reconoce-, así que me instalé en una nave industrial en Badalona y empecé a pintar.  Allí comencé a formarme a partir de intercambios con otros artistas y demás oficios. Yo ofrecía lo que sabia y a cambio recibía de ellos muchos conocimientos y trucos de oficio.” 

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Albert Riera Galcerán

Albert Riera Galcerán (Barcelona 1995) pinta. Hace muchas cosas pero todas se resumen en la pintura. Pinta con espontaneidad e intuición. Estudió diseño gráfico porque quería huir de los academicismos pictóricos y, de hecho, no empezó a pintar hasta que no colapsó la máquina de fotos de tanto apretar el disparador.

La revista Architectural Digest acaba de bautizarlo como el “enfant terrible” de la escena artística actual. Él prefiere tocar de pies al suelo y no se casa con nada ni con nadie. Experimenta sin cesar, sobre todo en el plano de la abstracción pictórica, y podríamos decir que es un artista expresivo compulsivo. Su paleta de colores es sencilla e inocente, con una capa de nostalgia, como él mismo reconoce.

Para celebrar los 50 años del Flash Flash, nos dedica su obra:

Casi tan bueno,

Óleo sobre tela, 40 x 50 cm

2020

Mi menú en el Flash: Tortilla Panadera, 2 Croquetas de Ceps y Coca-Cola

 

 

 

En la cresta de la ola: El Flash Flash en la exposición del Ideal Centre d’Arts Digitals sobre la memoria fotográfica de Barcelona

Texto Xavier Mas de Xaxás / Foto Ideal Barcelona - No sé si ustedes sueñan en colores o blanco y negro, pero qué duda cabe que el blanco y negro infiere a nuestras memorias una pátina de realismo e intimidad que quizás el color no consigue.

La memoria fotográfica de Barcelona es obra de una decena de fotógrafos que supieron tomarle el pulso a una ciudad que entre los años cincuenta y setenta fue despertando poco a poco de un largo y triste letargo. Entre ellos figuran Leopoldo Pomés, Francesc Català-Roca, Xavier Miserachs, Oriol Maspons, Joana Biarnés y Colita. Los seis protagonizan la última exposición del Ideal Centre d’Arts Digitals, en el Poble Nou de Barcelona.

El plato fuerte de esta muestra es una catarata de imágenes en una sala de mil metros cuadrados. Veintisiete proyectores colocan las fotografías de estos artistas en las paredes y el suelo, incluso sobre los cuerpos de los espectadores. Seis bloques de cinco minutos, uno por fotógrafo, en un recorrido de media hora que se repite en bucle.

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Caminante del Flash Flash

Un clip de Juliet Pomés Leiz

No había muchas mujeres como ella, cuando el Flash Flash nació: curiosas, libres, guerreras y muy profesionales, de las que además se divierten siéndolo.
Hoy tocaba verla caminar, porque casi no nos habíamos dado cuenta, pero además de mirarnos y de disparar su cámara desde todos los rincones del Flash, ella lleva un buen tiempo caminando.
Es bonito pensar que este espíritu adelantado a su tiempo haya podido ser inspirador para quienes han estado bajo su mirada todos estos años, entre tortillas panaderas y hamburguesas Monty, en comidas familiares, primeras citas y tertulias improvisadas.

 

 

Oriol Regás y los flashes de Karin Leiz

Fotografía de Colita

 

Por Colita - "Esta foto de Oriol en la fachada del Flash Flash, como todas las que más me gustan, es de las que hacía para acabar el carrete. Fue más o menos en abril de 1971. Habíamos estado con Maria del Mar Bonet haciendo unas fotos en la calle Tuset para promocionar el disco de la canción L'Àguila Negra que había grabado para Bocaccio Records. Después de la sesión, Oriol y yo nos fuimos a comer al Flash y fue antes de entrar que le hice esta foto y otra que es un primer plano fantástico."