Bea Sarrias, retratista de edificios
Bea Sarrias no solo pinta edificios, los retrata. Hay una diferencia. El retrato, de alguna manera, intenta ir mucho más allá. No se limita a reflejar la superficie sino que persigue la esencia del sujeto, en este caso, del edificio.
En las pinturas de Bea Sarrias, los edificios tienen personalidad porque tienen luz. Ella cree que esta luz es una herramienta fundamental de la arquitectura y si ella retrata edificios es porque quiere pintar esa luz.
Hay una intimidad en los espacios arquitectónicos, libres de personas, que ella pinta. Estos lugares vacíos de seres humanos adquieren en sus cuadros una vida propia, como si su razón de ser estuviera más allá de su misión fundamental, que no es otra que la de darnos cobijo.
Esto es fácil de ver en los retratos que ha hecho de La Ricarda (Bonet/Castellana), pero también en las casas de Coderch.
El retrato que Bea Sarrias hizo de la nueva sede de la OTAN en Bruselas, un edificio paquidérmico, muy grande y muy gris que pintó dentro de su vientre, también cobra vida propia en la tela de seis por dos metros que pintó en el 2019.
Flash, por Bea Sarrias.
89x121 cm
Técnica mixta sobre papel Figueras.
Texto de Xavier Mas de Xaxàs
Vídeo de Poldo Pomés