La tortilla abierta

Rosa Esteva abrió el restaurante Mordisco en 1986 para que nadie se sintiera solo y todos se sintieran en casa, en un ambiente amable y desenfado, frente a “platos del día preparados como si fuera domingo”. Esta tortilla abierta es un reflejo de esta visión y un ejemplo de que la cocina más sencilla necesita muy poco para ser diferente, buena y divertida.

Las tortillas rellenas tienen el inconveniente de que no se pueden ver los ingredientes. Por fuera se parecen bastante. “¿Por qué no intentar una tortilla abierta?”, pensó el chef Rubén Plaza. Podría rendirse homenaje a los ingredientes, presentándolos sobre la tortilla, no dentro de ella.

Hacer una tortilla sin darle la vuelta es más difícil de lo que parece. La preparación arranca como cualquier otra tortilla rellena, mezclando los ingredientes con los huevos batidos y salteando previamente aquellos que necesitan más cocción, como, por ejemplo, los espárragos verdes.

La clave del éxito está en el control del fuego. Si es demasiado fuerte, la tortilla se quemará por debajo sin que llegue a cuajarse del todo. Si es demasiado flojo, tardarás una eternidad, y esta es una cocina rápida.

La tortilla se presenta sobre la misma sartén porque no se puede emplatar. Se desmontaría. Es un plato que se deja compartir muy bien. Es una tortilla que une y habla mucho más que una tortilla doblada o volteada. Es Mordisco 100%